Andrés Cabrera y Beatriz Bobadilla
Marqueses de Moya y señores de Chinchón
Boadilla del Monte

Andrés Cabrera fue mayordomo real del rey Enrique IV, monarca que le confío el alcázar de Segovia, donde estaba guardado el legendario tesoro real. Su esposa Beatriz de Bobadilla fue dama de honor y gran amiga (desde la infancia) de Isabel la Católica, hermana de Enrique IV.

La sucesión del trono de Castilla a la muertes de Enrique IV debería de recaer en su hija Juana, legitima heredera del rey. No obstante Isabel pretendía al trono apoyándose en las acusaciones de ilegitimidad de Juana, llamada la Beltraneja (se decía que era hija de Beltrán de la Cueva).

Por los pactos de Guisando, Enrique consintió en la sucesión de Isabel, pero exigiendo a cambio poder elegir el marido de la misma. Isabel se casó con Fernando de Aragón en 1469, sin el permiso real y el disgustado Enrique volvió a nombrar heredera al trono a Juana.

Cabrera, del que se presumía origen judío, sofoco una revuelta contra los cristianos nuevos en Segovia. Posteriormente decidió que Segovia y su tesoro real pasarían a Isabel al morir el rey, no obstante quería que se hiciera en concordia y con la aprobación de Enrique, por lo que logró su asentimiento a una entrevista en Segovia con los príncipes Isabel y Fernando.

Beatriz de Bobadilla fue a Aranda de Duero, se dice que disfrazada de labradora para no levantar sospechas e invito a Isabel a Segovia. Enrique recibió espléndidamente a Isabel y luego a Fernando, pero a los pocos días contrajo una enfermedad y murió (1474).

Tras la muerte del rey, Isabel se proclamó reina de Castilla y recibió el apoyo incondicional de Andrés Cabrera con todo el dinero de la corona. Isabel tenía una ventaja definitiva sobre Juana, tenia la posesión del reino. Los adversarios debían arrebatárselo.

Sabía muy bien Isabel el impagable protagonismo de don Andrés de Cabrera y su mujer doña Beatriz de Bobadilla, a los que premio con el título de marqueses de Moya.

En 1476, estando Andrés ausente de Segovia, estalla un motín contra el, pidiendo el pueblo su destitución, los amotinados retuvieron también a la hija de la reina. Beatriz de Bobadilla pudo escapar y avisar a Isabel, quien acudió sola y sin escolta, imponiéndose a la situación y manteniendo en el puesto a Andrés Cabrera, tras estudiar las quejas y observar que estas eran infundadas, quizás promovidas por resentimiento del anterior Alcaide Maldonado.

En 1480, tras la victoria de los Reyes Católicos, estos conceden a Andrés Cabrera y a Beatriz de Bobadilla el nuevo señorío de Chinchón, el cual incluía el sexmo de Valdemoro y las aldeas de Serranillos, Moraleja, Villaviciosa de Odón, Brunete, San Martin de la vega y Boadilla del monte del sexmo de Casarrubios, prácticamente todas las posesiones segovianas al este del río Guadarrama en la actual provincia de Madrid, además de otras posesiones fuera de la provincia (Bayona, etc.).

En 1487 Andrés y Beatriz participan en el cerco de Málaga, en donde un fanático moro hiere a Beatriz de Bobadilla confundiendola con la reina Isabel. Participaron también en las tomas de Guadix, Baza y finalmente Granada de cuya capitulación dio confirmación Andrés junto a prelados y grandes de Castilla.

En 1504 muere la reina Isabel y dedica un buen párrafo de su testamento a confirmar todos los privilegios concedidos a Andrés Cabrera y su mujer Beatriz.

Andrés Cabrera y su esposa Beatriz de Bobadilla son los primeros señores de nombre conocido de Boadilla del Monte. Posteriormente Carlos I concede en 1520 a Fernando Cabrera hijo de Andrés y Beatriz el titulo de Conde de Chinchón, que permanecería en la familia Cabrera hasta que el Infante Felipe de Borbón Farnesio lo compra en 1738 a Sforza Casarini y lo cede despues a su hermano el infante don Luis, cuyos descendientes aún lo conservan (Enrique Rúspoli es el actual conde de Chinchón y propietario del Palacio de Boadilla).

Nosotros, el concejo, justicia, regidores, caballeros, escuderos, oficiales y hombres buenos de la muy noble y muy leal ciudad de Segovia, al tener noticia de que los reyes han tomado el sexmo de Valdemoro y gran parte del de Casarrubios, para darlo al mayordomo Andrés Cabrera y a doña Beatriz de Bobadilla, su mujer, con gran daño nuestro, contra las leyes de los reinos y contra las promesas y juramentos que nos tenían hechos en contrario, sin contar con nosotros, sin justa razón ni causa, y contra nuestra voluntad, protestamos no consentirlo en tiempo alguno, sino buscar remedio contra ello, y pues el presente no podemos hacer más y por mayor muestra, señal y memoria de nuestra queja, agravio y protestación que públicamente hacemos, nos cubrimos de luto y otrosí cubrimos el pendón de la ciudad y quebramos esta tinaja y hacemos esta ahumada.


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