Teresa de Borbón y Vallabriga
Condesa de Chinchón

María Teresa de Borbón (a los dos años), National Gallery of Art, Whashinton D.C.

María Teresa Josefa de Borbón y Vallabriga (Velada-1780, París-1828), XV condesa de Chinchón, esposa de Manuel Godoy e hija del Infante don Luis Antonio de Borbón y de María Teresa de Vallabriga.

Su padre fue el hermano menor del rey Carlos III, el cual para asegurar la sucesión de la corona en su hijo Carlos (IV), no concedió permiso matrimonial a su hermano Luis Antonio y dicto una pragmática mediante la cual se apartaba de la sucesión a todo infante que se casara sin consentimiento real o lo hiciera con persona desigual. Luis Antonio finalmente, ya con 49 años, renunció a la sucesión de la corona y se casó morganáticamente con María Teresa de Vallabriga.

Como consecuencia del matrimonio morganático, los hijos del infante no tuvieron derecho a utilizar el apellido Borbón y no pudieron, al igual que la esposa, acercarse a menos de 20 leguas de la corte (distancia que incluía el palacio de Boadilla del Monte, residencia de soltero de Luis Antonio).

Así tras una leve estancia de los padres de María Teresa en Cadalso de los Vidrios, en donde nació su hermano Luis María, la familia fijó su residencia en Arenas de San Pedro, en el Palacio Viejo (casa de los Frías). Allí el matrimonio tuvo a su segundo hijo, que desgraciadamente murió al poco de nacer.

Infancia (0-17 años), palacio y convento.

El 26 de noviembre de 1780 nació María Teresa en el palacio de Velada, pues parece ser que a su madre le daba miedo volver a parir en Arenas. Días antes el pueblo participó en una rogativa solemne para impetrar un parto feliz. En el mismo lugar nació tres años después su hermana María Luisa.

Estado actual del palacio del infante Luis Antonio en Arenas de San Pedro

En 1783 se trasladaron al nuevo palacio de la Mosquera (aún en construcción, bajo la dirección de Ventura Rodríguez), pero ya dotado de jardines, escalinata, torreones, oratorio, etc.

Francisco de Goya estuvo durante los veranos de 1783 y 1784 en la pequeña corte del Infante de Arenas de San Pedro, realizando numerosos retratos al matrimonio y a sus hijos. A partir de entonces, los personajes ilustrados de la corte, descubren el talento de Goya y comienzan a encargarle retratos.

Goya recuerda con agrado su estancia en Arenas, y conmovido cuenta por carta a su amigo Martín Zapater sobre sus cacerías con el Infante: " he salido dos veces a cazar con su Alteza y tira muy bien y la última tarde me dijo sobre tirar a un conejo; este piamontés aún es más aficionado que yo".

Familia del Infante Don Luis, Goya 1784, Fundación Magnani-Rocca, Corte di Mamiano, Parma. La esposa mirando al espectador, es peinada por su peluquero ante el Infante, sus hijos y sirvientes

El infante don Luis muere el 7 de agosto de 1785 y el rey Carlos III cofia el cuidado de sus tres hijos a Francisco Antonio de Lorenzana, cardenal arzobispo de Toledo y gran amigo del infante desde que este (siendo cardenal) le llevo como canónigo a la catedral toledana.

Floridablanca escribió, el 14 de agosto de 1785, al cardenal: ... el Rey ha resuelto confiar a su cuidado la educación y crianza de Don Luis de Vallabriga y sus dos hermanas, ... cuidará V.E. de recoger a dicho Don Luis a Toledo y de poner a sus hermanas, luego que se hallen en disposición para ello, en algún convento o colegio fuera de Madrid.

El cardenal decide dejar a María Teresa y María Luisa al cuidado de las monjas del monasterio Cisterciense Bernardas de Toledo:

Dice Lorenzana: He venido, señoras, a elegir y escoger habitación para las hijas del señor Infante Don Luis, porque desde luego me ha parecido este monasterio el más apropiado, así por su hermosura y por lo saludable como por las señoras tal ilustres que ha tenido y por sus muchos privilegios.

El 20 de septiembre quedaron las niñas en el monasterio de San Clemente de Toledo, con la servidumbre que se trajeron de Arenas. La madre no las puede ver hasta siete años después (antes de partir hacia Zaragoza), pero sigue con inquietud la suerte de sus hijos (les manda frutas, ropas y otros efectos).

María Teresa, hija de un infante, no llevaba el apellido de su padre ni tenía prerrogativa alguna. No veía a su madre, por más que esta lo solicitara al inflexible rey. Su hermano Luis María estaba bajo la tutoría directa del cardenal Lorenzana, en el arzobispado, pero ella y su hermana recibían la austera educación del convento.

Esposa de Godoy (17-28 años)

Manuel Godoy

Un día, cuando contaba diecisiete años de edad, recibió un recado del rey Carlos IV, su primo, comunicándole que había decidido casarla con su primer ministro Manuel Godoy y esperaba su libre consentimiento. Pudo haber rechazado la propuesta. Se le aceptaba en la corte con todos los honores debidos a su rango, se le restituía el apellido Borbón y pasaba a ocupar la máxima dignidad detrás de la reina María Luisa. Poco después su madre sería reconocida como infanta y condecorada, al tiempo que ella y su hermana, con la Orden de María Luisa y su hermano Luis María sería elevado a la púrpura cardenalicia, arzobispo de Toledo y primado de España.

Godoy se le aparecía como el libertador que la sacaba, a ella y a toda su familia, del destierro y la colocaba en la más alta posición. Además el príncipe de la Paz era el héroe del momento, criticado como todos en su patria, pero adulado y rodeado de ambiciosos que veían en él la culminación de sus aspiraciones. Estaba en su plenitud varonil, con treinta años, alto, fuerte, rubio y de tez clara y sonrosada, ojos azules, sueño de las damas y presa codiciada.

La realidad era otra. Godoy, ambicioso como nadie, quería emparentar con la Casa Real, pese a vivir maritalmente (y, según algunos, casado en secreto) con la hija de un oficial de artillería, llamada Pepita Tudó. La reina, no considerando digno darle a una hija suya, pensó en una jovencita de 18 años, hija de un infante de España y aún ingresada en un convento: María Teresa.

Todos los preparativos fueron coordinados entre los reyes y el hermano de María Teresa, entonces arcediano de Talavera, quien exigió: El titulo de princesa de la Paz para su hermana, la recuperación del apellido Borbón por parte de los tres hermanos, la elevación de los tres al rango de grandes de España de primera clase, el arzobispado de Sevilla, la mitra toledana y la solicitud del cardenalato para Luis María, el traslado de los restos del infante a El escorial, diez mil pesos de renta para María Luisa que carecía de heredamientos, el pago de la dote de María Teresa y, finalmente, que Godoy se deshiciera de Pepita Tudó.

El 2 de octubre de 1797 se casa, en el Escorial, con Manuel Godoy y Alvarez de Faria, duque de Alcudia y de Sueca.

Según el embajador alemán, Godoy tras cobrar la dote de cinco millones de reales por el matrimonio con María Teresa, tiene la osadía de llevarse a su amante Pepita Tudó a vivir a su casa y de ocupar el lugar preferente, junto a él, en sus actos públicos y privados. Al mes de casados Jovellanos sintió vergüenza ajena al almorzar en la casa de Godoy sentado a la misma mesa con la esposa y la amante de este.

La desgraciada María Teresa fue la víctima sacrificada en honor a Godoy. El anuncio del matrimonio causo verdadero escándalo. Lo reprobaron los obispos de Toledo y Sevilla, quienes fueron obligados a renunciar a sus mitras y, luego, desterrados.

María Teresa de Borbón, Francisco de Goya, Col. priv Duques de Sueca (Boadilla del Monte)
Información del cuadro

Godoy llego a pegar a María Teresa sádicamente en la convicción de que así acabaría con su frigidez hacia él, cosa que no consiguió. María Teresa sufrió un aborto y volvió a quedar embarazada. Por orden de la reina, pasaron ambos a residir en el Palacio Real de Madrid y cuatro lacayos la llevaban en una silla de andas, para que no le fatigara la preñez pisando el entarimado o los mármoles del palacio.

El 7 de octubre de 1800 nació su hija Carlota Luisa (1800-1886) y los reyes vinieron desde el Escorial para apadrinarla en una ceremonia celebrada por el gran inquisidor en la propia habitación del rey. Fue condecorada también con la Orden de María Luisa, reservada exclusivamente para infantes. La reina María Luisa la quiso siempre e incluso en su exilio en Roma pretendió casarla con su hijo Francisco de Paula (del que se decía que era hijo de sus relaciones con Godoy).

Pronto se distancio María Teresa de su hija Carlota, por ser hija de Godoy. Este regreso a su casa con Pepita Tudo y dejo a María Teresa en Madrid.

En la niñez de Carlota, dirá de ella María Teresa: Aborrezco a esta criatura, porque con su sola presencia me recuerda que mi marido es su padre.

En 1803 María Teresa paso a ser la XV Condesa de Chinchón cuando su hermano abandonó el título.

En 1804 intentó abandonar a su marido y marchar a Toledo con su hermano, pero la reina María Luisa (su prima) intervino:

Escribiendola desde Aranjuez el 17 de marzo: Querida María Teresa de mi corazón: El Rey y yo no aprovamos tu ida a Toledo, pues no parece bien te vayas sin tu marido (aunque sea con tu hermano): no es decoroso, no digo a ti, pero ni a ninguna mujer decente, irse así sola con tu familia, dejandonos aquí, y a tu marido y chiquita, nuestra aijadita, pues tampoco está en edad para irla llevando de un lado a otro. Asi se lo puedes decir a tu marido y a tu hermano, y cree te queremos, por lo mismo no permitiremos más que lo que te convenga, y tu decoro y al de tu marido, a quien devéis tu y tus Hermanos y parientes vuestra felicidad, pues a sus ruegos e instancias os veis como os veis; tenedlo siempre presente si queréis os continuemos siempre en proteger y querer. Adiós, querida María Teresa, asta que nos vemos otro día.

María Teresa intentó hallar el apoyo de su hermano, indicandole que todo lo que él era se lo debía a ella. No, no a ti, sino a tu boda con Godoy respondio el. Y la hizo regresar a Madrid.

Por otra carta de la reina, se echa de ver que el carácter de la desairada María Teresa se convirtió en hermético y taciturno.

Guerra, revolución y destierro (28-48 años).

En la noche del 17 de marzo de 1.808, la multitud, dirigida por miembros del partido fernandino asalta el palacio de Godoy. Pero solo encuentran a Pepita, a su asustada mujer y a su hija.

En vez de agredirlas las tranquilizaron diciéndolas que iban a liberarlas. Aquella turba las acompaño al Palacio Real vitoreando: ¡Viva la inocente! ¡Viva la cándida paloma! María Luisa las acoge y acusa a María Teresa de no haber sido nunca una verdadera madre. Desde aquella noche los reyes cuidarán de su hija Carlota y María Teresa corre a refujiarse en Toledo con su hermano el cardenal primado.

Después de los acontecimientos del motín de Aranjuez el 7 de marzo de 1808 Godoy dejo de ser el primer ministro y María Teresa lo abandonó en ese mismo instante. Separándose de Carlota que permaneció junto a los reyes. A los 7 años Carlota se quedo sin su madre, pero la reina ejerció su papel de madrina, queriéndola tanto como a sus hijos.

Godoy fue encarcelado en el castillo de Villaviciosa de Odón, luego liberado por Murat y trasladado a Bayona con los reyes y su hija Carlota.

María Teresa partió con su hermano desde Toledo hacia Andalucía en la comitiva de la Junta Central. Luis María fue nombrado presidente de la Regencia en 1809 y aprobó la constitución de 1812.

La condesa de Chinchón vivió todos los acontecimientos en primera fila, junto a su hermano y el espíritu liberal de este se le contagio. Tras la victoria de Arapiles en 1812, María Teresa regaló al general Wellington el collar del Toisón de Oro que había pertenecido a su padre.

Finalizada la guerra Luis María pretendió que Fernando VII jurara la constitución a su regreso desde el exilio. En el llano de Puzol le obligó el rey a arrodillarse y besarle la mano, confirmando así su soberanía y su disposición a no abrazar la constitución. El cardenal, caído en desgracia se vio confinado en Toledo, allí le acompaño María Teresa, de donde solo salió para asistir al entierro de su madre en Zaragoza en febrero de 1820.

La victoria de los constitucionalistas en 1820 forzó a Fernando VII a jurar la constitución y a convocar una junta provisional presidida, de nuevo, por el cardenal de Borbón y como ministro de estado el duque de San Fernando (el hermano y el cuñado de la condesa de Chinchón). Por el primer decreto de la junta se suprimieron la Inquisición y los consejos.

El 8 de noviembre de 1821 su hija Carlota se casa en Madrid con el príncipe italiano Camilo Ruspoli Khevenhuller.

Luis María muere el primero de marzo de 1823 y al poco se produce la entrada de los Cien Mil Hijos de San Luis, restituyendo el absolutismo de Fernando VII. María Teresa no tiene más remedio que exiliarse en París en 1824, junto a su hermana María Luisa y el esposo de esta, el duque de San Fernando, debido a su vinculación con los constitucionalistas y sus ideas liberales.

En París vivió una estrecha y atormentada amistad con el coronel Mateos, que se enriqueció a su costa y la trataba con desprecio. Allí murió el 24 de noviembre de 1828 de cáncer de útero.

Después de muerta, el 1 de enero de 1829 una real orden le concede en propiedad la mitad de los bienes confiscados a Godoy tras el motín de Aranjuez. Heredadas por su hija Carlota y su marido en detrimento de su padre Godoy, exiliado en Roma (villa Matei), con el que llego a un acuerdo testamental en 1845 a cambio de una pensión.

Los restos de María Teresa reposan en la capilla del Palacio de Boadilla del Monte en un panteón obra de Valeriano Salvatierra.



Bibliografía

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